Palabras de Luciana Piantanida

 

Cómo se hizo Los Ausentes
Los sueños se habían vuelto recurrentes y los mismos personajes insistían en aparecer. A veces, se vislumbraba una trama, los detalles de una historia, otras sólo eran imágenes cargadas del terror de las pesadillas.
Decidí entonces escribir una película.
En el verano del 2002 terminé una primera versión de 20 páginas. Me había impuesto escribir Los Ausentes con material netamente onírico. Pero, ¿se puede hacer una película hecha de sueños que proponga una trama? ¿Se puede contar una trama como si se tratara de un sueño?
En los sueños intuía que todo se desarrollaba en el mismo lugar: un pueblo al borde del abandono. Hacia allá fuimos entonces. El lugar se llama Beguerie y se llega después de transitar 30 km de tierra. Cualquiera que haya trabajado al menos una vez en una película sabe perfectamente que no es conveniente filmar en un lugar tan inaccesible. Nosotros lo sabíamos, pero la hicimos igual. Dos veces.

La primera vez es invierno y la tormenta de Santa Rosa se adelanta: el camino se inunda y quedamos atrapados. Somos una docena y no tenemos plata. Filmamos lo que podemos. La cámara se rompe. Cuando el agua nos da una tregua desarmamos todo y nos vamos, a la medianoche, temiendo encallar en el barro.

Los siguientes cuatro años los pasamos buscando financiación. Mucho tiempo. Cuando podemos volver a intentarlo ya no somos los mismos. Hay que empezar de nuevo, filmar todo otra vez. Ahora es verano: la película es otra y es la misma. Intentamos convivir con dos películas y con el tiempo entre ambas. Los pobladores de Beguerie nos perdonan el silencio de esos años y vuelven a confiar en nosotros. Nos ayudan en todo. Se suma un equipo nuevo que se conmueve con la historia de una película filmada dos veces y hace propia la odisea. Jimena (la protagonista de la película) y yo volvemos a pensar su personaje. El guión es el mismo pero nosotras ahora lo leemos distinto. Gringa, su personaje, crece como crecimos nosotras en estos años.

Esta vez podemos filmar toda la película y somos felices. No siempre los sueños se deshilachan. A veces tienen un final, incluso 14 años más tarde.

El lenguaje de los sueños
Desde el principio del proceso nos propusimos indagar en un lenguaje que se sostuviera en el clima de la película pero que no por eso dejara de contar una trama.Trabajamos la idea de construir un material onírico, una película cuya materia prima sean los sueños.

Contar la ausencia como si fuera una película de misterio
Nos interesaba hablar de la ausencia como estado de inquietud.
No queríamos abordar el tema desde la nostalgia o la melancolía ni nos interesaba explicar las causas o las circunstancias concretas que llevaron a cada personaje al lugar donde está al inicio de la película.
La propuesta era trabajar sobre el estado sensorial en que están inmersos los personajes: un tiempo enrarecido y ensoñado, en un mundo irreal y misterioso.

 


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